El 16 de mayo de 1703 fallece el escritor francés Charles Perrault a los 75 años.
Es un autor muy nombrado dentro de la literatura infantil pero a la vez, desconocido, pues se le atribuyen muchos cuentos infantiles que nunca escribió.
Desde el área infantil de la biblioteca queremos volver a poner el foco de atención en él por dar forma literaria a clásicos infantiles tan importantes como Caperucita, Cenicienta, El gato con botas, La bella durmiente o Pulgarcito. Eso sí, acompañados de "moraleja loable e instructiva".
Perteneciente a una familia de la burguesía adinerada de
París, recibió una excelente educación y llegó a tener un puesto privilegiado
de primer funcionario que se vio obligado a dejar para atender la educación de
sus cuatro hijos al fallecer su esposa.
La mayor parte de sus escritos son más serios por lo que,
cuando salen en 1697 a la luz sus Historias o Cuentos de antaño (=Histoires ou
contes du temps passé) se publican con el nombre de su hijo, con la modesta
pretensión de divertir a los niños. Aquí se recogían La bella durmiente del
bosque, Caperucita roja, Barba Azul, El gato con botas, Las Hadas, Cenicienta,
Riquet el del Copete y Pulgarcito.
“Si tuviéramos que encerrar en dos palabras las
características fundamentales de los Cuentos de antaño diríamos solamente:
simplicidad y mesura”…”Todo ha sido medido, dosificado, economizado con un
acierto admirable”…”conservan, después de tres siglos, la misma frescura que
cuando nacieron” (Cuentos de antaño, ediciones Gaviota, 2005)
Los ogros, hadas, animales parlantes y
princesas comenzaron a dibujarse en su cabeza inspirados por las
historias que circulaban entre las clases altas como herencia de la
oralidad procedente de otros países. También recurrió a paisajes y escenarios que
le resultaban conocidos como el castillo de Ussé, en el departamento de Indre y
Loira para el cuento de la bella durmiente.
Él fue el primero que recogió la historia de Caperucita en
la que el lobo se come a Caperucita y a su abuela y se acaba el cuento. El
objetivo, según añade en la moraleja, es advertir del peligro de los lobos,
bien, los reales en zonas rurales y apartadas o de aquel tipo de lobos “melosos”
que con su humor afable resultan peligrosos cuando las caperucitas crecen. Este
es el cuento que recogen los Grimm para añadir su final feliz y el más versionado del mundo, al que dedicamos en 2015 nuestro centro de interés Mil y una caperucitas.
Te recomendamos especialmente la edición de Gaviota por su
excelente traducción, con ilustraciones
de Gustave Doré y que incluye los
cuentos en verso de Griselidis, Piel de Asno y Los deseos ridículos. (Gaviota,
2005)
No te pierdas las preciosas imágenes de Roberto Innocenti
para su Cenicienta (Ediciones Generales Anaya, 1983)
¡…Y muchos más!.
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