Transcripción charla "cine y prejuicios sociales"




Fue una charla en la que hicimos un recorrido por la historia del cine a través de los estereotipos que han ido marcando las épocas, las modas y los cánones de narración.


Dejamos una transcripción de la locución que nos pasa el propio Raúl Ruiz:

"En el Hollywood de principios y mediados del siglo XX, era inimaginable que una persona de color, o una mujer, se pusiera detrás de las cámaras y realizar una obra. Si os dais cuenta, la mayoría de películas antiguas que habréis visto, están llenas de pequeños estereotipos raciales y sociales, algunos más evidentes que otros, pues estamos hablando de una época donde aún quedaba mucho por recorrer.

Carátula sacada de aquí
David W. Griffith fue un cineasta, conocido por ser el padre del cine moderno. Sus tiros de cámara, narrativa y estilo fueron la inspiración de muchos realizadores que vinieron después, y su estilo narrativo aún sigue vigente en obras actuales.

A este realizador, alabado en lo técnico de su obra, podríamos dedicarle una charla únicamente sobre su legado, aunque lo que comentaré de él en esta charla es que también se ganó un puesto en la categoría de racista, cuando en 1915 rodó la que sería su obra más famosa y recordada El Nacimiento de una Nación


En esta película, Griffith ensalzaba la imagen del Ku Klux Klan y los valores del patriotismo estadounidense, contando una historia donde estos eran la respuesta a la anarquía y el camino de la rectitud, utilizando actores blancos pintados como si fueran de raza negra.

La película fue alabada y odiada a partes iguales. Alabada, por la espectacularidad de su puesta en escena y su técnica, y odiada por todo este mensaje pro-confederado que expresaba Griffith al utilizar al Ku Klux Klan como el camino correcto y representando a la raza negra como salvajes. Griffith sin embargo, intentó dar un mensaje totalmente opuesto en su obra Intolerancia donde Griffith hablaba de injusticias sociales, utilizando sólo un año después de su anterior obra, una puesta en escena y una espectacularidad más ambiciosa si cabe siendo la obra fílmica más cara de su tiempo. Son 4 relatos historias independientes en diferentes momentos de la historia, siendo el contexto de unión entre todas ellas la intolerancia del ser humano.

Ejemplos como el de Griffith y su representación del racismo en el cine se cuentan a cientos, así que me gustaría señalar algunos puntuales, como la famosísima obra de John Ford Centauros del desierto  donde nos muestra una visión de los indios americanos como asesinos y secuestradores, aunque cabe decir que en esta obra, el papel de John Wayne no es precisamente un ejemplo a seguir tampoco. 

imagen de los uno de los 11 cortos censurados, recogida de aquí
Por otro lado, el cine de animación no se ha quedado atrás a la hora de mostrar racismo. Como anécdota, uno de los cortos de Bugs Bunny que yo más he visto en mi infancia, llamado en España Presa DifícilNos mostraba a un Bugs Bunny complicando los planes de un cazador que lejos de ser el habitual Elmer el Gruñón, era un niño de raza negra que además era mostrado como un bobo o un tonto a ojos del espectador.
Hay que decir que este corto entra dentro de la categoría de cortos “los 11 censurados”, que eran una serie de cortos, algunos dirigidos por el famosísimo director de animación Tex Avery, que han sido tan incorrectos en sus formas a la hora de dirigirse a un público infantil, que han sido censurados y prohibidos por el sindicato de United Artists desde hace más de 40 años. En las imágenes podéis ver cómo se representaban diferentes estereotipos de la raza negra, y cómo además estos servían como chiste y burla hacia lo exótico, aquello que no entraba en los cánones occidentales. 

Whitewashing
Imagen sacada de aquí

El Whitewashing es una técnica utilizada comúnmente en Hollywood para introducir a un actor en el papel de una persona que no coincide con su raza.

Como podemos ver en esta imagen, aún a día de hoy se sigue utilizando, ya que en la imagen podemos ver a Scarlett Johansson en la película Ghost in theShell (2017). Basada en una obra de animación japonesa, de la cual copian algunas escenas, donde Johansson interpreta a un personaje llamado Motoko Kusanagi, una mujer japonesa. Todos los actores orientales son personajes secundarios en la trama.

Como hemos visto en la obra de Griffith, esto es algo utilizado desde casi los inicios del Cine, y ha estado siempre bastante estandarizado. Es más, en la que se considera la primera película del cine sonoro, ElCantor de Jazz, podemos ver cómo Al Jolson es en ciertas escenas, directamente pintado con betún como si fuera un afroamericano. En la sociedad estadounidense y el Star System de la época en ese 1927 parece que no era del todo bien visto que fuera un afroamericano el protagonista de una película, y lo que es más, que un afroamericano protagonizara la primera película del cine sonoro. Como podéis ver, la representación de la raza negra mediante maquillaje era realmente ridícula.
fotograma de la película "El cantor de Jazz"

Antes de continuar con el llamado Whitewashing, me gustaría que hablaros de un pequeño nombre en la industria, que fue tan polémico como interesante en su obra. Os hablo de Tod Browning.
Este director a pesar de tener una prolífica carrera, tuvo en su haber dos obras icónicas, una fue el conocido como primer Drácula hollywoodiense, protagonizado por Bela Lugosi, y su otra obra más popular fue una pequeña peliculita barata llamada Freaks, de 1932. 

fotograma de Freaks, recogido de aquí
Freaks es el nombre que recibían los llamados "monstruos de circo" en Estados Unidos, más comúnmente conocidos como Freak Shows. La palabra freak denominaba lo que conocíamos como "bicho raro", algo poco usual, lo que derivó, como podéis imaginar, en el tan habitual término que a día de hoy usamos como Friki
Bueno, y por qué Freaks fue una obra tan polémica. Por un lado, acababa de empezar el cine sonoro, y Browning ya había rodado un año antes su icónico Drácula con Lugosi, un personaje que ya había sido llevado al cine por Murnau, aunque sin los derechos del personaje, y esta versión con Lugosi se convertiría en una de las películas más queridas del conde. Para su siguiente obra, se preparó a conciencia, pues Freaks era una obra protagonizada por auténticos monstruos de circo, algo que al público de la época escandalizó por lo bizarro de su apuesta. A día de hoy, Freaks se considera una obra de culto, y en mi humilde opinión un enorme acercamiento a una, llamémoslo, subcultura como es la de los Freak Shows, mostrando al público de la forma más realista posible cómo convivían realmente estas inusuales personas. 

Volviendo al Whitewashing. Todos recordamos las películas históricas, y el Peplum. En ellas, el actor en la mayoría de ocasiones, era un estadounidense blanco, aunque estuviera interpretando un personaje de otra raza, otro acento, etc... Tenemos ejemplos como Elizabeth Taylor haciendo el papel de Cleopatra,  o Peter Sellers haciendo el papel de indio en El Guateque. Todo esto, independientemente de los rasgos raciales que conllevan, era una forma que tenían los estudios para mantener el llamado Star System, es decir, saber que algo será un éxito en taquilla utilizando a un actor popular del momento.
Como ya comenté antes, esto no ha desaparecido en absoluto a día de hoy, como podemos ver en obras actuales como Dioses de Egipto  donde una historia de dioses egipcios tiene un elenco mayoritariamente blanco, durante los años 60 la cultura dio un pequeño paso hacia delante, cuando apareció el llamado Blacksplotation. 

Blacksplotation 

A principios de los años 70, nació un género que ya durante los 60 se fue desarrollando a través de diferentes canales culturales, artísticos y sociales, que consistía en dar una mayor visibilidad y repercusión a las películas cuyos protagonistas eran afroamericanos, y en el caso del llamado Blacksplotation, llegando a obtener obras donde el reparto y el equipo técnico, incluido el director, pertenecían todos a dicha raza.
Generalmente, estas películas comenzaron a tratar temas de índole social en barrios marginales, mostrando una vez más un estereotipo de raza conflictiva.  Esto se fue poco a poco desarrollando en pos de abrir nuevos horizontes a realizadores y actores de color, lo cual concluyó, en muchas ocasiones, en películas de serie B y comedias baratas, pero también en otras excepciones, como la popular serie Raíces, aparecida en 1977. Durante estos años, también llegaron a popularizarse series con protagonistas negros, como Bill Cosby y todas las sitcoms  que llegaron a lo largo de las décadas posteriores.
Pam Grier, fotografía recogida de aquí.

Por cierto, una de las "musas" del Blacksplotation fue no sólo una persona de color, sino que además fue una mujer. PamGrier, también conocida por su nombre artístico Foxy Brown, fue una de las actrices que más veces aparecieron en la gran pantalla durante el auge del Blacksploitation, y como guiño, Tarantino la puso como actriz protagonista en una de sus películas menos conocidas, JackieBrown. 
Regresando a las décadas de los 60 y 70, la mujer en esta época estaba empezando a perder algunos de los cánones que el Hollywood de la Star System había establecido, y empezamos a encontrar heroínas atípicas, como el caso de la obra Barbarella de 1968 donde si bien Jane Fonda era un reclamo sexual, fue una de las primeras veces donde vimos a una mujer adquiriendo un rol que comúnmente era destinado a un hombre. Una heroína valiente, aventurera, atlética… Aunque como digo, se seguía utilizando las formas comunes para atraer al público.

fotografía recogida de aquí
No nos engañemos, tanto en aquel momento como en nuestra cultura actual, la mujer sigue siendo un objeto sexualizado en muchísimas obras, no sólo cinematográficas, pero es interesante ver cómo algunos directores, pese a la rectitud de su época y los tabúes en torno a la figura de la mujer, se atrevieron a dar un paso más allá, como es el caso de Roman Polanski en La Semilla del Diablo, dando todo el peso de la trama a una mujer, combinando ésta con otro tema tabú, el Satanismo. Dejando además de lado cualquier estereotipo de género, simplemente, centrándose en la personalidad del personaje y la forma de lidiar con el conflicto que nos plantea la historia, a pesar de que su rol es aparentemente débil a ojos del resto de personajes. 

Tengo que destacar que 4 años antes, Stanley Kubrick sorprendió con su versión de Lolita, la historia de un hombre enamorado de una niña de 12 años, aunque he de decir que debido a la censura, nunca pudimos ver lo que realmente a Kubrick le hubiera gustado mostrar, llegando a declarar que de haberlo sabido, nunca la habría hecho. Posteriormente en la década de los 70, Ridley Scott, que al igual que Polanski era europeo y bebía de otro tipo de cine y fuentes más, llamémoslo así, progresistas, realizó Alien  donde en un primer borrador del guión, la protagonista, Ripley,  iba a ser un hombre, un cambio en la recta final de la producción que nos brindó una de las heroínas más famosas de la cultura popular. Eso sí, heroína de acción que daría paso a una siguiente década donde los tiros, nunca mejor dicho, irían por este lado de la acción.

La Era Reagan.

Durante la llamada “Era Reagan”, fuimos testigos de un paso más en lo que podríamos llamar nuestra mitología adaptada al siglo XX. Habían pasado unos años oscuros después de la Guerra del Vietnam y otros diversos acontecimientos sociales y políticos. 
Durante los 80, lo que recibimos en nuestra cultura popular fue algo totalmente opuesto tras los cambios acontecidos en nuestra cultura y la expansión de nuevos horizontes sociales que años atrás nos habían prohibido. Abandonamos los colores fríos y los personajes con aire derrotista, para expandir los colores vivos, el discurso de la superación personal mediante la persistencia, aunque escondiendo un mensaje neoliberal y patriótico en muchas obras cinematográficas de aquella década. 


fotograma de Rambo recogido de aquí. 
Tendríamos un nuevo icono, centrado en su estética, su fuerza y en un código moral que, si bien podía parecer algo distraído, en realidad ocultaba un mensaje férreo, casi fascista en su núcleo: Que occidente, concretamente Estados Unidos y el Capitalismo, eran el único camino válido y correcto. Entonces asistimos a un nuevo tipo de estereotipo, y es cuando dentro de estas obras cinematográficas, los creadores comenzaron a exponer dos imágenes muy concretas que llegaban a rozar el ridículo. Por un lado, tenemos al enemigo foráneo, comúnmente árabe u oriental, mostrado la mayoría de veces como figuras fanáticas, que gritan mucho y están armados, y por otro lado, la figura del héroe, que como prueba de superación acaba derrotando al extranjero, comúnmente visto con una estética de culto al cuerpo y a la fuerza, una especie de Hércules del siglo XX que defiende la libertad y la democracia frente al extranjero.




fotograma de la película de los Goonies. Recogida de aquí

Tampoco dejamos atrás otros estereotipos raciales, donde incluso en películas destinadas a niños como Los Goonies  podemos ver cómo el niño gordito es el "zampabollos" del grupo, y cómo el niño asiático es el experto en tecnología. El adolescente rico es un snob caricaturesco, los villanos son una familia italiana que hacen chistes sobre pizza, la amiga “fea” porque tiene gafas, etc… 

Sin embargo, a finales de esta misma década, asistimos a un nuevo cambio en las formas, que si bien no fue de golpe, una de las primeras obras que abordaba la temática del héroe de acción débil y sin estar esculpido en mármol fue La jungla de Cristal, una cinta de 1988 que iba a dar lugar tras su éxito, a ir abandonando poco a poco el rol del protagonista heroico con un gran culto a su cuerpo. Aunque esto no sería un cambio demasiado evolutivo, pues seguiríamos teniendo al principio el perfil de héroe con una personalidad distraída, pícara, ahora menos centrado en su físico, pero en la mayoría de ocasiones un blanco heterosexual guapo. 

Miyazaki

Quisiera dar un giro a esto que estamos hablando, ya que me gustaría al menos mencionar algo dentro del sector de la animación. Podríamos hablar sobre muchos autores que han llevado la lucha de los estereotipos y prejuicios a la gran pantalla de forma satisfactoria, como es el caso de Marjane Satrapi, que a principios del 2000 decidió hacer un cómic tan sencillo como interesante, Persépolis, que hablaba sobre su vida como iraní, llevándose al cine poco tiempo después de una forma, para mí, magistral. En esta historia, Satrapi nos relata cómo fue su vida siendo iraní, y cómo fueron los cambios políticos acaecidos en su país, de cómo tuvo que adaptarse a Europa, y cómo no, rompió esquemas sobre la forma que tenemos los occidentales viendo un país de Oriente Medio.
Aunque Satrapi es una figura bastante interesante, me gustaría centrarme en este apartado en otra que tiene una carrera de más de 35 años, y estoy hablando de Hayao Miyazaki.

Este autor japonés, conocido por su gran labor artística en la animación, desde el primer momento quiso dejar su huella en el sector creando obras que sorprendieran al público con mensajes atípicos en el cine de animación convencional creado hasta ese momento. Así pues, su primera gran película, que aunque no es estrictamente la primera, sí que fue la que llamó la atención del público, fue Nausicaa, que data de 1984, y colocaba, en un país bastante conservador, he de añadir, a una protagonista femenina en una historia sobre tecnología y naturaleza, dos de los temas recurrentes en su obra.
fotograma de "La princesa Mononoke". Recogido de aquí.
Cabe decir, que esto es algo que en muchas otras ocasiones, Miyazaki repitió. Así pues, su obra Mi vecino Totoro, de 1988, o Nicky, la aprendiz de bruja, del año 89, son algunos ejemplos de cómo Miyazaki desarrolló personajes femeninos, en su mayoría niños además, que poseían el coraje, interés y sabiduría suficientes para llevar todo el peso de la trama sobre sus hombros. Ya en los 90, nos brindó la que sería su personaje más fuerte, en La Princesa Mononoke de 1997, la protagonista era una mujer guerrera criada entre lobos, y no sólo eso, sino que otro de los personajes era una especie de caudilla que dirigía todo un pueblo, Lady Eboshi, y era una mujer fuerte e independiente.
En palabras del propio Miyazaki: “Muchas de mis películas tienen poderosas protagonistas femeninas –chicas valientes y autosuficientes que no lo piensan dos veces para pelear con todo su corazón por lo que creen. Ellas necesitarán un amigo, o un secuaz, pero nunca un salvador. Una mujer es tan capaz como cualquier hombre de ser un héroe”

Actualmente, Miyazaki no ha abandonado esa creencia, y a día de hoy aún continúa creando más películas con protagonistas femeninas.  


Los 90 

Imagen del rodaje de "Parque Jurásico", recogida de aquí
Bueno, nos acercamos al final del milenio, y con él, lo que predominó en el cine comercial de este momento. Los efectos por ordenador, que unos pocos años atrás, en los 80 habían empezado a dar pasitos de bebé y ahora se estaban desarrollando y perfeccionando a lo largo de la década de los 90. Lo que vemos en la imagen es una de las películas más taquilleras de la historia y cuyo reclamo principal eran los efectos especiales, Parque Jurásico.
¿Qué podemos encontrar en esta década, este final de milenio en nuestras salas? Dejando de lado el cine centrado meramente en lo visual, nos encontramos con una década donde estas grandes superproducciones compartían cartelera con otras más pequeñas, un cine profusamente independiente y centrado en los personajes. Algunas obras que se hicieron populares en aquel momento empezaron a abandonar el canon de héroe que nos habían vendido durante tanto tiempo, aunque seguían siendo efectistas y mostraban al héroe arquetípico, éste dejaba de ser el perfil habitual y empezábamos a ver cómo incluso los “fracasados” y los “bichos raros” dominaban la cartelera, y la oscuridad empezaba a ponerse de moda entre la estética más rebelde del momento.
Cabe destacar, por un lado, una maravillosa a la par que comercial obra de FrancisFord Coppola, y es la llamada Drácula de Bram Stoker, de 1992. Lo que hizo Coppola con su propia versión del mito, fue inspirarse en lo que habían hecho los clásicos, pero dotándolo de una vuelta de tuerca más. ¿Y si abandonamos el perfil del monstruo, y nos acercamos más al perfil del ángel caído? Del ser romántico que tiene aspiraciones más allá de sembrar el mal porque sí, y esta puesta en escena fue utilizada posteriormente, incluso a día de hoy, para humanizar a los villanos en el cine.
Tarantino hizo lo propio, convirtiéndose en otro gran nombre durante los 90. Todos conocemos su Pulp Fiction de 1994, donde los protagonistas absolutos de la misma, eran personas de matices grises. Sicarios, drogadictos, asesinos y ladrones... Tarantino dejaba de lado los discursos sobre los malos hábitos y la ética, mostrándonos un compendio de personajes que como espectador, no ves desde esa perspectiva, es más, podemos llegar a amarlos, reírnos con ellos pese a que hagan una atrocidad, a desear que lo que les ocurre en la película les salga bien y que finalmente triunfen, pues algunos de estos personajes poseen un carisma atroz, propio de, claro está, la pluma de Quentin Tarantino.
Caratula recogida de aquí. 
Otros ejemplos interesantes, serían la obra de Danny BoyleTrainspotting, una cinta que retrataba el mundo de la droga desde la perspectiva de unos jóvenes comunes, lejos de utilizar una imagen estereotipada, Boyle hacía un retrato de la llamada Generación X, impactando al espectador con su puesta en escena, y dando un mensaje de rebelión contra lo establecido, como otros directores hicieron en esta misma década, algunos de la talla de Fincher con su El Club de la Lucha o Sam Mendes con American Beauty. Cabe decir, que en España durante los 80 tuvimos el llamado “cine kinki”, que era una forma de mostrar las atrocidades de la droga y sus consecuencias desde un prisma duro y realista, pero como vemos en la obra de Boyle y Tarantino, gustaban de utilizar estos mismos entornos para construir algo más cercano a la fábula, aunque con ello también mostraran duras imágenes.

En cuanto a otro tema tabú que pocas veces se había abordado de una manera natural en el cine hasta ese momento, encontramos obras como Full Monty en la segunda mitad de la década, donde se habla abiertamente del drama del desempleo y los actos atribuidos a los homosexuales a un público de masas a través del humor y el drama o Forrest Gump, donde nos encontrábamos a un héroe totalmente arquetípico en sus inquietudes (en este caso, el amor) con la peculiaridad de que éste tenía un bajo cociente intelectual, dejándonos una obra que totalmente está protagonizada y narrada desde el punto de vista de esta discapacidad. Aunque, sin embargo, Hollywood seguía brindándonos héroes algo preestablecidos a veces.

Por otro lado, en esta llamada década de reivindicación social en lo independiente y espectáculo en lo comercial, cabe mencionar una serie de películas nacidas desde la parodia, cuyo villano es ya también un icono. 


Disney

Y para finalizar, quisiera mencionar a Disney, ya que nos ha acompañado a todos a lo largo de nuestra vida y por ello forma ya parte de nosotros. Curiosamente, una compañía como Disney, que siempre ha tenido unos, digamos, valores muy claros, poco a poco nos han ido demostrando en estos últimos años que se están transformando y adaptándose a nuevos tiempos, aunque sea dando pequeños pasos.

fotograma de "La bella y la bestia" (2017), recogido de aquí
Si bien es cierto que aún su cine posee ejemplos del bochornoso Whitewhasing, están avanzando para dejar ciertas costumbres atrás, como la idea de incluir un personaje homosexual en su reciente versión de La Bella y la Bestia o la decisión de que en su futura versión de Aladdin el protagonista sea un actor egipcio, que aunque es un cambio con cuentagotas, y aún queda mucho por avanzar, para mí es importante que una compañía de tal envergadura decida cambiar poco a poco el rumbo de las cosas. Os recomiendo encarecidamente además en pos de esta charla, que veáis una de sus últimas producciones, Zootrópolis que precisamente habla de todo esto que hemos mencionado. Los prejuicios, los estereotipos y cómo no todo es lo que parece.

Y bueno, aquí damos por finalizada esta charla. Espero que este pequeño viaje haya sido tan ameno para vosotros como placentero para mí. Muchas gracias a todos por escucharme.  "
Raul Rúiz graduado en Bellas Artes y
coordinador del taller de cine "La Claqueta".



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