175 años de la Biblioteca Pública de Cuenca III. La Casa de la Cultura, desde 1965 hasta el fin de los años 70

 

La Casa de Cultura de Cuenca, foco dinamizador de la actividad cultural de la ciudad.



Hasta los años 50 del pasado siglo, las bibliotecas públicas provinciales tuvieron grandes dificultades para ser algo más que depósitos de libros. La gran escasez de recursos que padecían limitaba su labor casi a la recogida, ordenación y conservación de fondos, y sus reducidos espacios y servicios se dirigían sobre todo a eruditos y estudiantes. El sistema bibliotecario español, compuesto casi en exclusiva por estas bibliotecas, estaba prácticamente desconectado de los servicios e intereses municipales y provinciales.

En 1952 se crea el Servicio Nacional de Lectura, que en años sucesivos irá extendiendo el servicio del libro a todo el país, a través de la coordinación del Estado con las Diputaciones Provinciales, Ayuntamientos y otras entidades públicas o privadas.

A lo largo de los años 50 y 60, el Ministerio de Educación Nacional impulsa la creación de Casas de la Cultura en casi todas las capitales de provincia, con la idea de sacar el máximo partido a las bibliotecas, archivos y museos estatales: reuniéndolos en un solo centro era posible reducir gastos y aunar sus recursos. Además, al contar con la participación de las instituciones y asociaciones locales se disponía de medios que permitían dinamizar la actividad cultural de las ciudades y satisfacer las inquietudes y necesidades de todos, llegando hasta las clases más populares.

Casas de Cultura. En: Boletín de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1956, año V, n.36, p. 57-71


La Casa de la Cultura de Cuenca se crea por Orden ministerial de 24 de julio de 1957 y, según la disposición legal, debía estar constituida por la Biblioteca Pública de la ciudad, el Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas, el Archivo Histórico Provincial de Protocolos, el Museo Provincial, los Seminarios de F.E.T., la Fundación Sánchez Vera (Centro de Estudios Conquenses) y el Archivo Municipal en su parte histórica. Finalmente, solo se instalaron en ella la Biblioteca Pública “Fermín Caballero”, el Archivo Histórico Provincial y el Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas (éste último solo hasta la primera mitad de los años 80).

En julio de 1960, mediante Decreto 1546/1960, de 21 de julio, se aprueba el proyecto de obras de construcción, “con un presupuesto total de siete millones ciento noventa y ocho mil seiscientas veintiuna pesetas con ochenta céntimos” , cantidad a la que contribuyeron por igual el Ministerio de Educación Nacional y el Ayuntamiento de Cuenca.

Desmonte del Cerro de los Moralejos previo a la construcción de la Casa de Cultura de Cuenca (1959-1960). En ambas fotografías se distingue el local que en ese momento ocupaba la Biblioteca, en C/ Sánchez Vera, nº 13.

Casa de Cultura en construcción en 1962. Fuente: Fundación Fisac (http://fundacionfisac.com/)


En abril de 1965, tras varias modificaciones, quedan definitivamente constituidos el Patronato y la Comisión Técnica que iban a regir el funcionamiento de la Casa de Cultura de Cuenca (Orden de 7 de abril de 1965)

Y en noviembre del mismo año se inaugura oficialmente el nuevo edificio, obra del arquitecto Miguel Fisac.

Dividida en tres plantas (aunque concebida inicialmente con una planta más, que finalmente se descartó por falta de presupuesto) más un semisótano, la Casa de Cultura contaba con dos salas de lectura, una para adultos con 150 puestos y otra para niños con 54, además de salas de música y de reuniones. También disponía de dos salas de exposiciones y un gran salón de actos equipado con 280 asientos, donde se celebrarían a lo largo de los años multitud de representaciones teatrales, conciertos, conferencias y sesiones de cine, entre otros muchos actos.  El edificio incluía también 2 viviendas, del director del centro y del conserje, y un garaje.

Sobre la planta superior se dispuso una zona colgada o volada, inicialmente destinada a Centro de Estudios Conquenses, diseñada de este modo como recuerdo simbólico de las edificaciones existentes sobre las hoces de Cuenca, y también como muestra de rebeldía del arquitecto, al haber tenido que ajustarse a la planificación urbana del momento:

 

Fisac, Miguel. Proyecto de edificio para Casa de la Cultura en cuenca: memoria, 1958.


Los depósitos formaban una torre aparte de 6 plantas, cada una con capacidad para 7.000 volúmenes, comunicadas entre sí por escalera y un pequeño montacargas y equipadas con estanterías metálicas donde se instalaban los fondos de la Biblioteca Pública y, en su mayor parte, el Archivo Histórico Provincial.

Artículo completo disponible en: Fisac, M. (1965). Casa de la Cultura, en Cuenca. Informes De La Construcción17(168), 33–40. (https://doi.org/10.3989/ic.1965.v17.i168.4416)


Espacios e instalaciones de la Casa de Cultura en 1965.


El moderno edificio pasó a ser el centro focalizador de la cultura en Cuenca, gracias al talante de su director, Fidel Cardete, y de la inquieta y fructífera participación de la juventud conquense. Varias de las principales entidades y asociaciones instalaron su sede en él y desarrollaron un completo programa de actividades (entre otras, Cine-Club “Chaplin”, Asociación de Amigos del Teatro, Asociación Musical “Maestro Pradas”, como se detallará en una entrega posterior). El número y calidad de actos desarrollados en los siguientes años fue impresionante, destacando dentro del conjunto del país.


“Año tras año tuvo sus salas de lectura con sus llenos diarios durante el periodo lectivo, en su vestíbulo se dio cita la juventud estudiantil conquense todas las tardes, hubo conferencias, proyecciones cinematográficas, representaciones teatrales, exposiciones, recitales poéticos, actos conmemorativos de efemérides o fiestas locales, podemos decir que estuvo ocupado el salón de actos casi diariamente, incluso fueron bastantes los festivos que también hubo alguna actividad.”

Cardete, Fidel. Memoria de la Biblioteca Pública, 1979.



“En música, teatro y arte estuvimos, se estuvo, en vanguardia, sin olvidar a los clásicos, y son innumerables los artistas que pasaron por este centro.”

Sotos, Jesús. Fidel Cardete, 40 años al servicio de la cultura conquense. En: El Día de Cuenca. 14 de marzo de 1985, p. 8-9.

 

 

Pero la Biblioteca seguía siendo el servicio principal y punto central de la Casa de Cultura. El público mayoritario estaba formado por estudiantes y niños, que llenaban las salas cada día, aunque la intensa actividad cultural fue atrayendo a otros tipos de públicos, lo que propició también el aumento, actualización y diversificación de las colecciones, incluyendo todo tipo de materias e intereses. A mediados de los años 70, el servicio a los lectores y estudiantes se complementaba con clases de idiomas, muy demandadas y donde siempre faltaban plazas disponibles, que se impartían para niños y mayores durante la tarde y hasta las 9 de la noche.


Sala de lectura para adultos y hemeroteca, 1965-1967.



Sala infantil vista desde el jardín, 1967

El número de lectores que acudían a leer o estudiar “pasan de los cien mil todos los años. En el curso escolar la sala se pone hasta los topes y falta sitio, y eso que no se cuentan los que entran y salen y no hacen la ficha. La pieza clave de la Casa es la biblioteca. La gente se ha acostumbrado a venir y las tertulias en el vestíbulo se suceden casi con exceso” (Ávila, José Vicente. Usted dirá… [entrevista a] Fidel Cardete, director de la Casa de Cultura. En: Diario de Cuenca. Año XXXII, n. 8272, 9 de octubre de 1974, p.2.)


El modelo de Casa de Cultura vino a llenar un vacío muy importante y contribuyó a dinamizar culturalmente la ciudad, pero no todo fue un camino de rosas. Tras el éxito inicial, pronto se hicieron patentes los problemas de espacio, el deterioro de las instalaciones y la falta de recursos.

Al final de la década de los 70 los presupuestos para actividades culturales se habían reducido considerablemente y en la ciudad habían surgido otros equipamientos que contribuyeron a descentralizar la actividad cultural de la Biblioteca. Por ejemplo, el Cine Club Chaplin, que inició sus proyecciones en la Casa de Cultura, trasladó su sede a las nuevas y modernas instalaciones del salón de actos de la Caja de Ahorros de Cuenca y Ciudad Real en 1979. También fue creciendo el número de salas y galerías que acogían gran parte de las nuevas exposiciones de arte. Las salas de cine existentes en la ciudad fueron otros puntos centrales de actividad cultural; así sucedió con la Asociación de Amigos del Teatro que, habiendo comenzado también su actividad en la Casa de Cultura, trasladó sus representaciones al Teatro Cine Xúcar, que contaba con mejores instalaciones.

En 1977 la Biblioteca pasa a depender enteramente del recién creado Ministerio de Cultura. La gestión conjunta y la aportación económica de las instituciones locales fue desapareciendo, quedando limitada a los servicios bibliotecarios provinciales a través del Centro Coordinador Provincial de Bibliotecas, que pasaría a ser gestionado por la Diputación Provincial.


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