El origen de San Valentín

Fiestas lupercales,
óleo sobre lienzo de 
Andrea Camassei.


La celebración de San Valentín se remonta a más de quince siglos, hacia el 494 d. C.  a iniciativa del Papa Gelasio I, quien optó por celebrar una festividad católica el 14 de febrero y así reemplazar la fiesta pagana de las Lupercales, celebrada tiempo atrás en la antigua Roma en honor a Lupercus, protector de pastores y rebaños que a su vez rememoraba a la loba que amamantó a Rómulo y Remo.

Igual que ocurrió con otras celebraciones paganas, como las Saturnales romanas dedicadas a Saturno o el culto al Sol Invictus en plena Navidad, el objetivo de Gelasio era por tanto anular y prohibir las Lupercales.

La leyenda apunta que la conmemoración recordaba a Valentín, un gran médico romano que tomó la decisión de convertirse al catolicismo para hacerse sacerdote, con el fin de oficiar bodas entre los jóvenes soldados, lo que sucedía es que en este momento (año 270 d. C) no tenían permitido contraer matrimonio, aunque muchos si lo hicieron como símbolo de amor a pesar de la prohibición. Como castigo, el emperador Claudio II ordenó la ejecución de Valentín, un 14 de febrero, suceso que lo erigió en mártir y referente de todos los enamorados.


Imagen de San Valentín extraída de aquí
 La celebración de la fiesta de San Valentín se mantuvo en el seno de la Iglesia hasta 1969, cuando el Papa Pablo VI decidió homenajear únicamente al santo y dejar de lado a los enamorados, pasando a ser una fecha con santo pero sin celebración.

Pero más allá de su origen religioso, la festividad del 14 de febrero se ha extendido por todo el mundo hasta convertirse en una fecha marcada por las flores, los regalos, las postales de felicitación, los bombones de chocolate… en definitiva una fecha dedicada al amor.

Su popularidad por tanto no es nueva. Es en pleno siglo XIX cuando la artista y empresaria Esther Howland  aprovechó  la moda que comenzaba en el continente americano de enviarse postales en San Valentín. Por aquel entonces, las felicitaciones llegaban de Reino Unido y viendo el enorme volumen de cartas, Howland decidió innovar en el diseño, los mensajes y el papel de estas tarjetas, arrancando un exitoso negocio que le permitió obtener grandes beneficios. Este sería pues, el primer antecedente de comercialización de esta jornada.
Tarjetas de San Valentín popularizadas por Esther Howland
imagen sacada de aquí

Muchas son las maneras de celebrar San Valentín en el resto del mundo. 

Así, en Argentina aunque no le dan tanta importancia, si se acostumbra a regalar flores y bombones.

En Eslovenia no se celebra San Valentín, sino San Jorge el 12 de marzo.  

En Finlandia el 14 de febrero se celebra el día de la amistad, en el que los buenos amigos se regalan tarjetas, cartas u obsequios para festejarlo. 

Curiosamente, en Corea del Sur si se celebra el día de San Valentín, pero aquí son las mujeres las que le hacen un regalo a su pareja, regalan chocolate. Un mes después, los agradecidos novios deben corresponder a sus parejas regalándoles multitud de dulces.

Aunque antes se les denominaba el Día de los Novios, en Colombia y Perú el 14 de febrero es también el Día del Amor y la Amistad. 

En Gran Bretaña les gusta celebrarlo a lo grande y es que se nota que fueron ellos quienes lo popularizaron. Los regalos son incluso más esperados que los de la Navidad y en cada región se celebra con distintas peculiaridades. Por ejemplo, en Norkfolk se celebra San Jack Valentín, día en el que el Viejo Padre Valentín reparte regalos a todos los niños, algo así como un Papá Noel del amor. ¡Nos encanta!

Y nosotros lo celebramos con esta bella cita de San Agustín
(Extraída del Sermón sobre Epístola de San Juan)

“El amor es una perla preciosa que, si no se posee, de nada sirven el resto de las cosas, y si se posee, sobra todo lo demás”.


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