"Al comenzar el s. XXI apareció un grupo de humoristas liderado por Joaquín Reyes. Su forma de hacer humor, con un gusto desmedido por lo absurdo y lo escatológico, se distingue por el uso del acento y el léxico de nuestra zona. Reyes boicotea los números de imitación al interpretar a todos los personajes con la misma voz y las mismas expresiones. La risa estalla no tanto por lo que dice sino por como lo dice.
Fotografía del humorista Joaquín Reyes sacada de aquí |
Todos los humoristas de "La hora chanante", fotografía recogida de aquí |
El habla de Albacete no era una impostación de voz, sino el vehículo natural del humor. Reyes no recrea una forma de hablar, sino que hace creer que no existe para él otra forma de expresión. Cuando todos los actores hablan igual y construyen sus chistes con las mismas expresiones vernáculas, convierten un dialecto local en la norma del idioma. Es decir, que no se burlas de la gente de Albacete, sino de todos los que homogeneizan los discursos y los modales. Antes, todos los locutores hablaban con la misma prosodia engolada.
Desde unos supuestos aparentemente hermanados con el humorismo grueso de ridiculización de los campesinos. La hora chanante les dio la vuelta y reveló la impostura de los usos y convenciones del lenguaje y de la comunicación. Tal y como habían hecho los Monty Python en Inglaterra treinta años atrás. Dentro de la cultura de masas, el humor de Joaquín Reyes es la expresión más sofisticada de la pervivencia de la "España vacía" en la España urbana."
Sergio del Molino, fotografía recogida de aquí |
Esta entrada está hecha con palabras de Sergio del Molino, recogidas de su libro "La España vacía".
Tienes esta obra disponible en préstamo en la biblioteca.
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