A Mariona Cabassa siempre le han gustado las profesiones que implican un trabajo con las manos. Dice que podría haber sido ceramista, pastelera, joyista o florista, pero al final terminó siendo "dibujanta", palabra que le gusta emplear para autodenominarse. Antes de ejercer esta profesión se formó como diseñadora gráfica en su Barcelona natal y luego se trasladó a Estrasburgo (Francia), donde estudió ilustración y grabados. De paso, aprendió francés, uno de los sueños de su vida.
Ya tiene más de 40 libros publicados. Ha colaborado con autores de literatura infantil muy conocidos: con Pep Bruno en Libro de contar y Cuento para contar mientras se come un huevo frito; con Marisa Núñez en Celestino Tarambana; con Pablo Albo en Para hacer un pastel de manzana o con Daniel Nesquens en La gallina Crestazul.
Para realizar su trabajo suele emplear diferentes materiales (acrílico, rotuladores, lápices, acuarelas...). Juega con imágenes potentes y sencillas que lo invaden todo de color.
A Mariona le gusta caminar. A veces lo hace por Barcelona, sin rumbo fijo, y va guardando ideas en su cabeza que luego toman forma en sus creaciones. También le gusta mucho enseñar y compartir su conocimiento. Imparte diferentes talleres, como el que cada lunes desarrolla en su casa, dirigido exclusivamente a mujeres con inquietud creativa, o el taller denominado "Fast book", en el que se realiza un álbum ilustrado ¡en dos días!
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