175 años de la Biblioteca Pública de Cuenca I

175 años de la Biblioteca Pública Provincial al servicio de la ciudadanía conquense

Con motivo del 175 aniversario de la Biblioteca Pública del Estado en Cuenca, os proponemos conocer algunos datos de su larga historia a lo largo de varias entregas:

1. Desamortización y creación de la Biblioteca Pública Provincial en el siglo XIX 

Aunque la biblioteca pública estaba en el ideario de algunos ilustrados, las bibliotecas públicas en España no cristalizaron hasta el siglo XIX. Concretamente, las bibliotecas públicas provinciales se crearon como consecuencia de las sucesivas leyes desamortizadoras de principios del XIX, con objeto de reunir y salvaguardar los fondos bibliográficos que habían pertenecido a las órdenes religiosas. Los inventarios de los bienes de los conventos desamortizados no es muy explícita acerca del contenido de sus bibliotecas, que por otra parte era bastante desigual según se tratara de la envergadura del convento de Uclés o monasterios más modestos. En el caso de Cuenca, el Archivo Histórico Provincial conserva los inventarios de los conventos de la ciudad, pero no arrojan mucha luz acerca de los títulos exactos que contenían sus "librerías", sus bibliotecas, dato que buscábamos para conocer la importancia patrimonial de sus libros y documentos.


Inventario de la biblioteca del convento de
Inventario de la biblioteca del convento de San Felipe Neri de Cuenca (AHPC)

Los primeros datos de la Biblioteca Pública de Cuenca sitúan su origen en 1846. Sin embargo, desde fecha anterior miles de volúmenes habrían sido trasladados al Palacio Episcopal, al convento de la Merced y a otros edificios religiosos. En 1844 se había creado el Instituto de Segunda Enseñanza, que debía acoger en su seno la biblioteca provincial, al no disponer Cuenca de universidad. Se calcula en torno a 10.000 el número de volúmenes reunidos procedentes de los conventos.

Plaza del Palacio Episcopal y convento de la Merced de Cuenca

No obstante, al reorganizarse el Instituto en 1851, debido a la falta de espacio, muchos de estos libros se depositaron en los desvanes del convento del Carmen. Otros, en cambio, pasaron al edificio Palafox, que desde 1861 sería la sede del Instituto y de la Biblioteca Provincial. En estos primeros años, la biblioteca del instituto y la provincial eran la misma, gestionada por los catedráticos del instituto de segunda enseñanza.


Plaza del convento del Carmen

Edificio Palafox

Portada con el sello de las dos bibliotecas

En 1858 se crea el cuerpo Facultativo de Archiveros-Bibliotecarios, que tendría como misión la organización y conservación del valioso patrimonio bibliográfico de estas bibliotecas. Es tras la Revolución Gloriosa de 1868, cuando el Ministerio de Fomento inició el establecimiento de las primeras bibliotecas populares en algunos municipios, tema que interesó a Fermín Caballero para escribir un artículo en El Eco de Cuenca en apoyo de estos centros

Fermín Caballero

Este mismo autor se dolía del escaso celo en la conservación de los libros reunidos con la nacionalización de los fondos bibliográficos de las comunidades religiosas suprimidas:

"Si en la reunión y conservación de los libros de los extinguidos conventos de la provincia hubiera habido más discreción, celo y pureza, Huete, Priego, Alarcón, Moya, Alcocer y otros de nuestros pueblos pudieran haber creado bibliotecas municipales, utilísimas para difundir el amor a la lectura y la instrucción popular (Fermín Caballero, 1869)

En 1874 el edificio Palafox fue asaltado e incendiado por las tropas carlistas, lo que hizo que se perdiera un importante número de obras valiosas, restando tan solo unos pocos centenares en la biblioteca.

2. La precariedad de la Biblioteca en la primera mitad del siglo XIX 

En 1900 se crea el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, que se ocuparía de todos los asuntos referidos a la enseñanza, pero también a los archivos, bibliotecas y museos. Pocos años después comienzan a verse los frutos con la creación en 1911 de las primeras bibliotecas populares para la instrucción de las clases sociales más desfavorecidas, siguiendo una línea iniciada mucho antes en el ámbito anglosajón.

Emilio Sánchez Vera

Sin embargo, las dificultades para mantener la infraestructura mínima de la biblioteca pública eran enormes. El director, Emilio Sánchez Vera, en su Memoria de la Biblioteca Pública de 1916 lo expresaba en estos términos:

 "Para este curso teníamos proyectado dar también para el obrero, lecturas comentadas sobre artes, industrias, oficios y conocimientos útiles, pero hubimos de desistir por carecer en la Biblioteca de alumbrado y no alcanzamos el material para este gasto... No desistimos de la idea en cuanto nos sea posible."

Con la llegada de la República en 1931 se inicia un importante cambio de tendencia, por su apuesta de mejoras muy considerables en materia educativa y cultural, con el objetivo de atajar las altas tasas de analfabetismo. Las Misiones Pedagógicas y el Plan de Bibliotecas de María Moliner son los estandartes en esta etapa, buscando consolidar una red de bibliotecas al servicio de todos los ciudadanos. Solo en un año, entre marzo de 1937 y abril de 1938, se invirtieron casi 7 millones de pesetas en la adquisición de libros, para reorganizar numerosas Bibliotecas Públicas Provinciales, entre ellas la de Cuenca, y se crearon otras muchas municipales, como la de Motilla del Palancar.

María Moliner

Misiones pedagógicas







La Guerra Civil y el triunfo de la Dictadura detuvieron una de las políticas bibliotecarias más avanzadas de su tiempo, que tenía el foco en elevar el nivel cultural de las clases populares. El resultado fue el atraso del desarrollo bibliotecario durante décadas. 

En particular, los recursos de la Biblioteca Pública de Cuenca eran cada vez más precarios, de modo que obligaban a cerrarla:

"dichos trabajos [catalogación de libros] ha habido que suspenderlos por haber retirado la estufa que había en el local para instalarla en una clase". (Memoria de la Biblioteca Pública. 1941. José A. de Luna)

La Biblioteca Pública de Cuenca siguió unida al Instituto de Enseñanza Media durante una centuria en el Edificio Palafox, hasta la separación definitiva de las dos instituciones culturales en el año 1946.

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