Obras maestras de la literatura contemporánea que fueron ninguneadas por los editores en un primer momento

Muchas son las obras maestras de la literatura contemporánea que al nacer se encontraron con una negativa editorial para ser publicadas. 
Muchos son los grandes autores que tuvieron que oír palabras desmoralizantes de boca  editores que se negaron una y otra vez a publicar sus obras. 
Hoy desde la biblioteca vamos a hacer un homenaje a esas obras que han llegado a ser lo que son por el empeño y la confianza en sí mismos de sus autores, que no se dejaron invadir por la sensación de fracaso y perseveraron en su empeño de dar vida a sus creaciones. 

Estos son algunos de los ejemplos que más sorprendentes.

A Orwell le rechazaron en varias ocasiones su Rebelión en la granja "porque las historias de animales no venden en Estados Unidos".
A Fleming le digeron que "su James Bond no venderá nunca" 
A Kippling, el cantor del Imperio, le abofetearon con esta frase: "lo siento, señor Kipling, pero usted no sabe cómo se usa la lengua inglesa"
A Nabokov le aconsejaron que "entierre el manuscrito de su Lolita bajo un árbol durante por lo menos mil años".
James Mason y Sue Lyon, en un fotograma de 'Lolita', fotografía rescatada de aquí
James Joyce le rechazaron nada menos que veintidós editores con Dublineses, y los manuscritos de El retrato del artista adolescente, se los devolvieron con las anotaciones: "Más bien inconexo. Sórdido".
A Proust, no le fue mejor en su singladura. En una carta el lector editorial le decía: "Puede que sea culpa mía, pero por muchos esfuerzos que hago no me explico cómo se pueden emplear treinta páginas para contar las vueltas que da en la cama el personaje hasta que se duerme".
García Márquez paseó su Cien años de soledad de despacho en despacho, hasta que alguien comprendió que era una obra maestra.
Fotografía de Gabriel García Márquez rescatada de aquí

Pearl S. Buck recibió un "lo siento, pero a los norteamericanos no les gustan las cosas de los chinos", como toda explicación para no publicar La buena tierra, novela por la que recibió un premio Nobel de literatura en 1932.
Retrato de James Joyce recogido de aquí

Umberto Eco hubo de escuchar esta sentencia cuando presentó su Diario Mínimo: "Su libro es todo acción y lo que el lector busca hoy es un libro de evasión: sexo (muchísimo) con adulterios, sodomía, homicidios, incestos. Su texto está repleto de jeremiadas sin pies ni cabeza"

Todas las obras de las que se habla en este post forman parte de nuestra colección, disponible en préstamo para nuestros usuarios en la Sala de Adultos de esta biblioteca. 

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